martes, 2 de noviembre de 2010

Mis dos rebanadas de pan

 
Yo la loncha de jamón estoy  y vivo entre dos rebanadas de pan, tiernas, algunas veces; otras muchas,  parece como si quién ha amasado ese pan haya  querido añadir algún elemento sorpresa incorporando pequeños guijarros que hacen rechinar el pan. Desde hace ya un tiempo he descubierto que el pan no solamente cruje sino que también rechina. ¡ Conceptos éstos bien diferenciados!

Los guijarros son variados. De diferentes tamaños, colores y diversas  posiciones. En un día cualquiera, después de mi primer café mañanero en silencio para darle tiempo a mi cerebro lento en eso de los biorritmos a que se despierte sin sobresaltos, puede producirse, así de sopetón, sin aviso previo , una opresión de tal calibre de la rebanada de arriba, -osease mi madre-, que la pobre loncha de jamón,-  osease  yo-  siente el guijarro como una dentellada de tal magnitud que se queda turulata. Una subida inesperada de tensión, otra subida también inesperada de azúcar  un hinchazón o más bien dos, - mi madre tiene dos piernas- por retención de líquidos, …. Total, que la reacción ante la situación debe ser rauda y veloz.  Qué si llamo a su médico de cabecera, qué si llamo a mi hermanita Begoñita que sabe más que todos los médicos juntos, que si voy a todo correr  a la farmacia a contar la vida cotidiana de la casa y descubro todos lo pecados cometidos por la  sufriente. En definitiva, ese es un día de rebanada de pan duro.

Mi otra rebanada, os podéis imaginar quién es: mi hijo. Guapetón, jatorra con su cuadri, buen deportista y no tan buen estudiante, de esos que van poco a poco, pero llegan. Eso, al menos espero. Me ayuda a recuperarme de las dentelladas de la otra rebanada. Le coloca, bien, bien las pastillas de multitud de colores en el repositorio de medicamentos a su amama del alma, me calma y me serena. Pero, ay, ay, cuando le da por darme la dentellada: me la da, bien dada.

Los días de pan tierno son muchos, divertidos y enriquecedores y aunque  tres representantes de tres generaciones bajo el mismo techo nos es lo que digamos un familia standard para mí es la mejor familia  y que dure mucho, mucho tiempo.

1 comentario:

  1. No creo que haya mejores ni peores familias, cada una tiene la suya y lo mejor que se puede hacer es disfrutarla a tope. Las rebanadas de pan pueden apretar unas veces más que otras, pero si el pan está tiernito, siempre terminan por entrar bien :-)

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