martes, 5 de octubre de 2010

Me lo tengo que mirar

Me lo tengo que mirar. Porque no es normal. Yo, toda una señora consultora, antigua emprendedora con ideas mil en la cocorota... e incapaz de concertar una reunión fuera de los horarios de trabajo porque tengo que recoger a la peque en la guardería. La maripuri primeriza al rescate. No vale ningún otro. Tengo que ser yo. Porque la maternidad se está convirtiendo para mí en una droga dura, y me resulta difícil desengancharme. Y me genera un estrés en mi yo, en mi superyo, y en mi requeteyo. Que ya no me encuentro a mí misma, que ya no sé dónde está esa mujer llena de ideas y de proyectos, que pensaba que transcurridos unos meses, podría encontrar tiempo para ella, uséase, para moi.

Y mira que yo sigo pensando, que sigo maquinando proyectos. Pero luego, a la hora de la verdad, sólo quiero estar con Leire, vivir con intensidad cada segundo de su aprendizaje, grabar a fuego cada uno de sus gestos, sus sonrisas, sus descubrimientos, el mover de sus manitas al son de "cinco lobitos" (hay que revisar el cancionero infantil. Mucha red social, pero en esto seguimos como siempre...). Sus tímidos aplausos plasplasplas. Todo eso, no me lo quiero perder.

Y por mucho que me pese, por mucho que me sorprenda, me compensa muchísimo más que cualquier reunión, cualquier cita, curso o evento de los que me llenan la cocorota con ideas mil.

Pues eso, que me lo tengo que mirar... ¿o tal vez no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario