domingo, 19 de septiembre de 2010

De las cavernas a los conventos


Yo ya sabía que esto del otromaripurismo no es de ahora. Que lo de ser mujer atravesada en la corriente, nadando como se puede en dirección hacia el mar, mientras el pelotón de la carrera navega hacia tierra en bote de remos (no en crucero de lujo, ni siquiera en barco de motor, que también lo tienen difícil las tradicionales, eh!) eso no era nuevo. !Teníamos antecesoras!

¿Y si las mujeres de las cavernas, además de andar como locas buscando raíces para echar a la sopa, hubieran pintado bisontes en cuevas naturales?

Lo de la monja Hildegarda está claro, una feminista adelantada. Se había dado cuenta de que la Iglesia Católica y su vocación artística no se llevaban bien. ¡Nada de cantar las mujeres!, eso solo lo hacen ellos. Así que decidió componer música en el convento, seguro que nadie lo advirtió, no se esperarían algo así de ella...

Eduardo Galeano. Yo también sabía que hay hombres que entienden lo que hacemos.
!Salirnos del pelotón y seguir corriendo a nuestra bola!


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